jueves, 18 de agosto de 2011

JORNADA DE LECTURA

Leemos con nuestras madres y las maestras.
Compartimos un lindo cuento "El murciélago  olvidadizo".
Escribimos un final para el cuento, nuestras madres nos ayudan.



EL MURCIÉLAGO OLVIDADIZO

Una mañana el murciélago bebé se había despertado antes de tiempo y se puso a caminar por un caminito de tierra, no muy lejos de allí se encontró una pequeña lagartija y le dijo:
- Espera, ¡No corras tanto que no puedo seguirte!

La lagartija no salía de su asombro sin entender que podía querer un murciélago a esas horas del día y además correteando por un camino.

- Ocurre que no sé más qué tengo que hacer ... le explicó el murciélago.

- Pero... ¡Si tú eres un bebé murciélago! ... exclamó la lagartija.

- Ahhhh, y... ¿qué hace un bebé murciélago? ... le preguntó con mucha curiosidad.

- Pueeesss ... empezó a pensar la lagartija ... para empezar no viven de día, por la noche están siempre despiertos.

- Ahhh, bueno, entonces me voy a dormir para poder despertar a la noche, ¡gracias señora longaniza
- Pe-pe-pero....¡¿ Quién es una longaniza?! Yo soy una LA-GAR-TI-JA, no te olvides de eso.
- ¡Uy, disculpe señora LON-GAR-TI-JA! ... se disculpó el murciélago que tan  pronto había se olvidado el nombre.
Antes que pudiera corregirse la lagartija ya había huido entre las hierbas altas al lado del camino.

Muchas ganas de ir a dormir no tenía, ya que se acababa de despertar casi, así que se puso a escuchar el aire, escuchaba algo muy divertido y hacia allí fue.
- Pío-Pío ¡Mamá quiero comer! Pío-Pío ¡Mamá quiero comer! Pío-Pío ¡Mamá quiero comer!... gritaban los pichoncitos en el nido de ése aguaribay.
- ¿Qué haces tu aquí?
- Pues yo también quiero comer...Pío-Pío ¡Mamá quiero comer! Pío-Pío ¡Mamá quiero comer!... le contestó el murciélago levantando la boquita en espera de la mamá.
Cuando llegó la mamá pájara, les dio respectivamente a todos sus pichones su comidita y al escuchar esa voz tan rara, se percató que no era uno de sus hijitos además tenía un aspecto muy distinto.
- Tú no eres uno de los míos, tú eres un murciélago bebé, deberías de estar durmiendo a estas horas y despertarte por la noche le dijo suavemente la pájara.
Después de comer lo que le puso la pájara en su boquita, bajó del árbol y se fue a un pozo que encontró, se acostó de alguna manera muy poco típica de los murciélagos e intentó dormir.

Cuando despertó, unos rayos de luna brillaron en sus ojitos, se estiró y salió a ver qué era eso de vivir de noche. En la rama de un pino, vio dos grandes ojos, y dijo que ése podía ser uno de los suyos. Corrió como un pollo, y empezó a dar saltitos como un cangurito a ver si podía alcanzar la dichosa rama, al ver que no podía, trepó con sus alitas y logró sentarse al lado de una lechuza muy redonda.
- ¡Ahhhh...!, suspiró aliviado después de tanto trepar.
- La lechuza giró su cabeza hasta dirigir su mirada al murcielaguito y le preguntó: ¡¿Se puede saber qué haces tú aquí?!
- Pueeess, nada, no sé a dónde tengo que ir, no sé con quién tengo que quedarme, unos pajaritos me dijeron que yo soy un mur..un murci.. un murciano... y que tengo que estar despierto por la noche... y bueno aquí estoy, le respondió con una sonrisita.
- Noooo, no eres un murciano, eres un murciélago, repítelo, le corrigió la lechuza amablemente.
- Murcieligo, no, murciligui, noooo... mur-mur-cie-la-to, ¡ya esta! ahora me salió, dijo triunfal el murciélago.
- No, no, no.... es mur-cie-la-GO, dijo la lechuza, y además tu debes volar, con tus propias alitas, hacia la luz, hacia allí, aquellas cositas que vuelan bajo ese poste de luz son también murciélagos, como tú.
- Mur-cie-la-GO, ahora sí me salió, ¡que bieeeen! pero, ¿cómo se hace eso de volar?, le preguntó mirándola pestañando mucho.
La lechuza le mostró como se hacía para volar dando una vuelta y cuando se sentó otra vez en su rama le dio un empujoncito, casi se cae pero el reflejo lo ayudó y empezó a volar y volar y volar, voló hasta la lechuza y le dijo gracias y se marchó hacia la luz del poste.




1 comentario:

  1. Esperamos que les guste este cuento. Pronto publicaremos otros para poder leer juntos.
    Es un cuento de una página de internet.

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